Por fin
viernes por la noche, la semana ha sido dura, el calor asfixiante, he vuelto de
vacaciones y he tenido que reincorporarme al trabajo, a veces pienso que no
cogería vacaciones con tal de no tener que reincorporarme al trabajo; esa
sensación de ser una pieza más en un mecanismo productivo absurdo. Pero lo
bueno de la semana laboral es que al final siempre llega el viernes, apenas he
podido dormir estos días con tanto calor, e invariablemente he tenido
que levantarme temprano. Encima ha sido la semana en la que he descubierto que
el Times Roman, con un tamaño de fuente número 12 ya no me sirve: a no ser que
me fije mucho apenas veo una procesión de hormigas sin significado en la
pantalla. Solucionarlo no costaría demasiado, tendría que pasar la fuente del
texto al Verdana o subir el Times Roman al 14. No obstante, me niego; necesito tiempo
para digerir mi decrepitud (creo que es justo exigirle a alguien ese tiempo) y
sigo escribiendo capas de hormigas superpuestas que «justifico» para que al
menos se vean elegantes. Pero no todo está perdido: por fin es viernes. Después
de cenar mi mujer se va a nuestra habitación, donde hay una pequeña tele y un
mando con el que hace zapping con tanta energía que acaba mareándose a sí misma
y cayendo dormida, y yo inicio el ritual del gin-tonic. Todo comienza en la
cocina, donde lleno un vaso ancho y alto de hielo hasta arriba que remuevo con
una cucharilla para enfriar el cristal. Luego, de un buen limón, a poder ser
recién cogido del árbol (uno de los pocos lujos que puedo permitirme), corto
una cáscara en espiral, solo la parte amarilla, sin llegar a la carne ácida, que
echo dentro del vaso, y otro trozo, sin forma ya, para frotar el borde y
aromatizarlo. A continuación me traslado
al salón, donde tengo el mueble bar, y añado los botánicos: unas
semillas de cardamomo, o flor de hibisco, o semillas de pimienta rosa o enebro.
Anoche eché cardamomo y enebro, la flor de hibisco acaba volviendo rojo el
gin-tonic, y una de las cosas que más me gusta de él es su cristalina
transparencia. Me serví una buena dosis de ginebra, que deshizo lo ángulos más
agudos de los trozos de hielo, e hizo que se acomodaran entre sí, y llené el
vaso hasta el borde de tónica. No pongo marcas por no hacer publicidad, cada
cual que imagine la que más le guste. Si alguna marca quisiera invitarme a algo
me declarare fanático de ella desde la infancia, no me cuesta nada venderme por
una buena causa. Una vez preparado el cóctel, lo dejé sobre un posa-vasos en la
mesa baja de granito y me tumbé en el sofá con el mando a observar como las
minúsculas burbujas ascendían a través de un cristal, que el frío interior y la
humedad exterior, empañaban de forma maravillosa. Puse un canal cualquiera y
esperé, mirando la tele, a que la mezcla se enfriara. Luego, sin saber como,
debí quedarme dormido, porque cuando desperté eran las dos y media de la
madrugada y en la tele solo quedaban jugadores de póquer. Los hielos del gin-tonic
habían desaparecido, y el cristal, aunque seguía frío, ya no estaba empañado.
Me bebí cuatro o cinco tragos muy rápido, empecé a hacer zapping durante un
rato, y al poco noté que el brebaje, ya en sangre, me subía a la cabeza y me
cerraba los ojos. Me levante, fui dando tumbos, mitad por el sueño mitad por el
alcohol, hasta la habitación, le quité el mando de la mano a mi mujer y apagué
la tele. Luego me tumbé en la cama y me quedé dormido. Debí soñar algo, seguro
que soñé algo, los viernes por la noche tengo permiso para soñar lo que quiera,
pero luego, cuando desperté, ya no me acordaba de nada. Esta mañana he tirado
lo que me sobró del gin-tonic por el fregadero, y el limón y los botánicos a la
basura, luego he fregado el vaso y me he preparado el café con leche. Esta
noche quizá vuelva a intentarlo. Creo que, para que fuera perfecto, debería añadir algo de música, escuchar a través del cristal empañado esa de Stevie Wonder que decía, good morning or evening friends... Igual ahí me duermo y en el sueño vuelvo a ver el Times New Roman del 12 con absoluta claridad, aunque al despertar no lo recuerde. Here`s your friendly annoucer...